El Centro de Prevención de la Violencia, CEPREV, condena enérgicamente la emboscada perpetrada contra manifestantes que venían de celebrar el 19 de julio en la Plaza de la Revolución, en la que murieron seis personas y otras varias fueron heridas, y manifiesta su esperanza de que pronto se haga justicia a los familiares y que estas sean las últimas víctimas de la intolerancia y la intransigencia políticas.
El CEPREV considera que debe promoverse intensamente el desarrollo de una cultura de paz y de una educación para la paz, que éste debe ser un tema prioritario en la educación familiar y escolar, junto con los temas de género y la construcción de masculinidades separadas de la violencia.
En este sentido, el CEPREV desarrolla en la actualidad la campaña “Soy hombre y no quiero armas”, en vista del aumento evidente del tráfico de armas en manos de la población civil, las mismas que sirvieron para cometer este atentado y que en su inmensa mayoría son utilizadas por hombres. Ojalá este tipo de iniciativas, así como también las del desarme de la población civil, también sean impulsadas por la Policía Nacional y otras instituciones del Estado, dada la peligrosa situación actual.
Los cambios en las creencias de que es normal que los conflictos, cualquiera sea su naturaleza, y en especial los conflictos políticos desemboquen en el uso de la violencia y las armas, son urgentes para nuestro país. Debemos promover la aceptación de que la diversidad de ideas y de las diferencias, no sólo son positivas sino también necesarias para el desarrollo del país y crear espacios a nivel local para debatir y manifestar pacíficamente las diferencias en busca de consensos en aquellos temas importantes para la población.
La paz no será más que un ideal sino la construimos día a día, fomentando el debate público, la diversidad de propuestas y la búsqueda de consensos. El camino de la violencia debe ser para siempre descartado, no importa de donde venga.
El CEPREV considera que debe promoverse intensamente el desarrollo de una cultura de paz y de una educación para la paz, que éste debe ser un tema prioritario en la educación familiar y escolar, junto con los temas de género y la construcción de masculinidades separadas de la violencia.
En este sentido, el CEPREV desarrolla en la actualidad la campaña “Soy hombre y no quiero armas”, en vista del aumento evidente del tráfico de armas en manos de la población civil, las mismas que sirvieron para cometer este atentado y que en su inmensa mayoría son utilizadas por hombres. Ojalá este tipo de iniciativas, así como también las del desarme de la población civil, también sean impulsadas por la Policía Nacional y otras instituciones del Estado, dada la peligrosa situación actual.
Los cambios en las creencias de que es normal que los conflictos, cualquiera sea su naturaleza, y en especial los conflictos políticos desemboquen en el uso de la violencia y las armas, son urgentes para nuestro país. Debemos promover la aceptación de que la diversidad de ideas y de las diferencias, no sólo son positivas sino también necesarias para el desarrollo del país y crear espacios a nivel local para debatir y manifestar pacíficamente las diferencias en busca de consensos en aquellos temas importantes para la población.
La paz no será más que un ideal sino la construimos día a día, fomentando el debate público, la diversidad de propuestas y la búsqueda de consensos. El camino de la violencia debe ser para siempre descartado, no importa de donde venga.